Esta película británica ambientada en Nottingham tiene en su sencillez y sensibilidad (que no sensiblería) sus mejores armas.
Mientras la estaba viendo había momentos que llegaba a sentirme casi como una voyeur, y es que está rodada de una forma tan íntima y cercana que llega a parecer real, como si estuvieras viendo alguna cinta casera encontrada casualmente.
Los dos protagonistas (Tom Cullen, de Downtown Abbey, Black Mirror y Un mundo sin fin... y novio de Tatiana Maslany); y el menos conocido Chris New) realizan un trabajo encomiable, construyendo dos personajes muy diferentes entre sí, pero que encajan de una manera asombrosa. Russell es un chico sensible, discreto y afable, mientras que Glenn es una persona más sociable, apasionada e incluso polémica, alguien a quien le gusta discutir y reflexionar sobre las injusticias y sobre cualquier asunto en general.
When I’m at home I’m absolutely fine.Completely. I don’t care and I don’t even think about it. I just…I’m not embarrassed.
De todos modos en este caso no sólo vamos a ser testigos de la intimidad de esta pareja en ciernes, sino que también tenemos la oportunidad de ver cómo se comportan en público, qué relación tienen con otras personas. Así, por ejemplo, vemos que Russell no parece estar muy a gusto con sus compañeros de trabajo o con su pandilla de colegas heterosexuales, o más bien la pandilla de su mejor amigo, a quien conoce desde que era un crío. Es curioso que este mejor amigo, a quien conoce desde que era un crío, no esté al tanto nunca de cuál es la vida amorosa de Russell, pese a que éste no le oculte su homosexualidad. Es como un tema tabú, más por parte del propio Russell que de su amigo.
Frente a eso, Glenn tiene muchísimos amigos, mayoritariamente gays, con quienes sale a las discotecas y pubs, y con quienes, quizá, tiene una relación un tanto superficial.
La película, aunque huye de estereotipos, establece un debate sobre lo que significa ser homosexual hoy en día, con geniales frases y pensamientos por parte de Glenn, como cuando dice que cualquier heterosexual puede ir dándose besos con su novia por la calle y la mayor parte de la literatura y cine está hecho desde un punto de vista heterosexual, y aún así se ofenden si un homosexual muestra su amor en público. Pero hay otros temas que se tratan en la cinta: el arte contemporáneo, las ambiciones, el compromiso o la falta del mismo en la sociedad actual...
Detrás de esta maravillosa película está el director británico Andrew Haigh, en el que supone su segundo trabajo en la pantalla grande, y quien ahora tiene pendiente de estreno una serie para la HBO titulada Looking, cuyo tráiler pude ver la semana pasada y que sin saber en ese momento quién era el responsable, supe al instante que tenía que ser de Haigh, ya que la serie tiene una estética y temática muy similar a este Weekend. Ahora que he confirmado que Andrew Haigh está detrás de esa serie, me han entrado unas ganas terribles de verla cuando se estrene, no dudo de que será una serie a tener en cuenta. Frente a eso, Glenn tiene muchísimos amigos, mayoritariamente gays, con quienes sale a las discotecas y pubs, y con quienes, quizá, tiene una relación un tanto superficial.
La película, aunque huye de estereotipos, establece un debate sobre lo que significa ser homosexual hoy en día, con geniales frases y pensamientos por parte de Glenn, como cuando dice que cualquier heterosexual puede ir dándose besos con su novia por la calle y la mayor parte de la literatura y cine está hecho desde un punto de vista heterosexual, y aún así se ofenden si un homosexual muestra su amor en público. Pero hay otros temas que se tratan en la cinta: el arte contemporáneo, las ambiciones, el compromiso o la falta del mismo en la sociedad actual...
Oh, the gays. We mustn’t upset the straights. Shh! Watch out, the straights are coming… Let’s not hold hands, let’s not kiss in the streets.
Es una pena que el cine o las series gays suelan ser tan minoritarias, como si una persona heterosexual pensara que no hay nada en esos productos que le incite a verlos, pero os aseguro, centrándome en el caso de este Weekend, que la historia de amor lo sobrepasa todo, pudiendo emocionar perfectamente a cualquier persona, sean cuales sean sus gustos.
La banda sonora de la cinta es casi inexistente, pero destacan en ella un par de bellas canciones de John Grant, como esta I wanna go to Marz.
No os lo penséis dos veces y echadle un ojo a esta película, una de las mejores que he visto este año, y de las más románticas también. Desde que se estrenó no ha recibido más que elogios de diferentes medios de comunicación, y también premios en varios festivales, totalmente merecidos porque es una cinta tan pequeña y a la vez tan grande, que deja huella, sobre todo después de ese bellísimo y emotivo final del que hay millones de gifs en tumblr.
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