Sin embargo, una vez empecé a ver la serie, creo que no volví a pensar más en The Paradise, hasta ahora mismo que estoy escribiendo estas líneas. Así de diferentes son ambas producciones, empezando por los interiores de los almacenes (me quedo con el romanticismo de la sección de Ropa de Mujeres de The Paradise), y pasando por la evolución de las tramas y la personalidad y desarrollo de los personajes.
me había gustado fue esa estructura un tanto acartonada del asuntillo del día: cada episodio presenta un conflicto, y cada episodio termina con la resolución de dicho conflicto. Puede ser la visita inesperada de algún familiar, o una misteriosa desaparición de algún producto, o quizá la aparición de una frívola proveedora que revoluciona un poco la vida cotidiana de los trabajadores. El caso es que al final del día todo volverá a la normalidad y Denise y Moray se reencontrarán y tendrán alguna conversación repasando los acontecimientos. En el caso de Mr Selfridge creo que se manejan mucho mejor este tipo de tramas, al menos a mí no se me hicieron tan evidentes. Además, en su gran mayoría tienen una continuidad que sobrepasa el capítulo para ir desarrollándose a lo largo del tiempo. Es verdad que suelen haber apariciones esporádicas, pero estas funcionan de un modo anecdótico, para darnos a conocer que hubo muchísimos personajes célebres que se pasaron por estos grandes almacenes aumentando la popularidad de los mismos, desde Arthur Conan Doyle hasta el Rey, pasando por deportistas, aristócratas o actrices y bailarinas clásicas.
La serie tiene muy presente que la época en que se desarrolla era un momento de grandes cambios sociales, sobre todo por parte de las mujeres, que en poco tiempo consiguieron adquirir un mayor protagonismo e importancia. Hay incluso un episodio que gira en torno a las manifestaciones de las mujeres para conseguir el derecho al voto.
Luego tenemos a Ellen Love (Zoë Tapper), artista de cabaret que se convierte en la amante de Harry, pero que pronto comienza a darle más problemas que alegrías. Su personaje es un tanto tópico y no aporta gran cosa, pero sí me gustó el giro que se le da al final al personaje, en esa escena ya mítica de la obra de teatro.
También se podría destacar a la jovencita Agnes Towler (Aisling Loftus), con gran ambición y una mente más privilegiada que la de sus compañeras. Y por supuesto el francés, Henri Leclair, diseñador de escaparates, que tiene una elegancia natural y un saber estar que cautiva. Miradlo ahí abajo, qué estilo tiene. Ays, es que está de muy buen ver. Pero creo que en líneas generales, y salvo el caso de Lady Mae, la mayoría de personajes están poco desarrollados, y les falta un poco de chispa.
En fin, Mr Selfridge es una serie muy entretenida, que se pasa en un suspiro, porque en cuanto terminas de ver un episodio ya quieres ver otro. A mí al menos me pasó eso, me enganchó y en una semana ya me la había finiquitado. Si os gustan las historias de época no la dejéis pasar. Quizá no tenga una historia tan emocionante y sentimental como The Paradise, ni una historia de amor tan bonita como esta o una protagonista tan arrolladora y hermosa como Denise, pero es una buena serie y os la recomiendo.
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